El ictus conocido como infarto cerebral, embolia, ACV (Accidente Cerebro Vascular) o trombosis es una de las principales causas de fallecimiento tanto en mujeres como en hombres en la actualidad, prevaleciendo más en la mujer y que verdaderamente se ha convertido en un problema serio siendo la principal causa de discapacidad en adultos.
Las causas principales que pueden provocar un ictus son la hipertensión, el colesterol, arritmias cardíacas, la diabetes, obesidad, sedentarismo, consumo excesivo de alcohol, el tabaco y el estrés.
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¿Qué es un ictus?
Consiste en la alteración del flujo de sangre que llega al cerebro, esta no llega en la cantidad necesaria y como consecuencia las células nerviosas cerebrales dejan de recibir oxígeno afectando a su normal funcionamiento y finalmente muriendo.
¿Qué tipos de ictus hay?
El hemorrágico en el que se produce un sangrado dentro del cerebro y…
El isquémico en el que un coágulo ocluye las arterias impidiendo el flujo normal de sangre.
¿Cuales son sus síntomas?
Los síntomas del ictus son:
- Perdida de fuerza o perdida sensibilidad en cara, brazo, pierna, en uno de los lados del cuerpo
- Descoordinación
- Visión doble y sensación de vértigo
- Alteración repentina del habla
- Dolor súbito de cabeza
La identificación inmediata de estos síntoma es crucial en la evolución del enfermo ya que si se atiende rápido la mejora del pronóstico y el éxito del tratamiento podrían ser mucho más favorables. En caso de vernos ante esta situación hay que llamar rápidamente a los servicios de urgencias para llegar al hospital lo antes posible.
La sanidad española dispone de más de 25 unidades de ictus en centros hospitalarios, claves ante un caso de ictus por tener perfectamente detallado el protocolo a seguir, y así minimizar las lesiones cerebrales ocasionadas por la falta de riego sanguíneo en el cerebro.
¿Cómo se puede prevenir un ictus?
Para evitar los riesgos de un posible ictus es importante llevar unos hábitos de vida saludables a través de una correcta alimentación, ejercicio físico, controles médicos, control regular de la tensión y tener un buen descanso, durmiendo las horas recomendadas según la edad de la persona. Entre 7-8 en adultos y entre 6-7 en anciano.
Rol del terapeuta ocupacional en pacientes de ictus
Las secuelas que puede dejar un ictus, como hemos comentado anteriormente, son tanto a nivel motor como neurológico, y provoca unas afecciones y complicaciones que afectan a la autonomía de la persona en las actividades de su vida diaria.
La rehabilitación y la función del terapeuta ocupacional en esta etapa es muy importante para minimizar estos déficits y discapacidades, para hacer que la persona recupere el máximo de su autónoma lo antes posible y facilitar su reintegración social. El inicio precoz de la rehabilitación y tratamiento del ictus es clave para conseguir la mayor recuperación funcional posible. Como terapeuta ocupacional especializado en Neurorrehabilitación, si necesitas ayuda, posiblemente te pueda ayudar (CONTACTO).
En la fase aguda de un ictus, los 6 primeros meses son cruciales para la recuperación. A partir del sexto mes lo que no se haya recuperado ya será muy complicado que mejore debido a que la reorganización neuronal decae acusadamente tras ese periodo aproximado de tiempo.
No siempre se van obtener recuperaciones en su totalidad, no obstante en esos casos el terapeuta ocupacional adaptara el entorno y la actividad diaria para que la persona se pueda desenvolver lo más autónomamente posible dentro de sus posibilidades y pueda adaptarse a su nueva rutina.
En el siguiente artículo hablaremos sobre la rehabilitación del ictus en las tres fases que presenta: ICTUS II